miércoles, 8 de abril de 2015

Referentes de la lieratura feministas.

Agatha Christie
 
Fue una escritora inglesa especializada en los géneros policial y romántico, por cuyo trabajo recibió reconocimiento a nivel internacional. Si bien redactó también cuentos y obras de teatro, sus 79 novelas y decenas de historias breves fueron traducidas a casi todos los idiomas, y varias adaptadas para cine y teatro. Sus clásicos personajes Hércules Poirot y Miss Marple fueron muy populares. Sus cuatro mil millones de novelas vendidas conforman una cifra solamente equiparable con la de William Shakespeare, habiendo sido traducidas a aproximadamente cien idiomas. Hasta su muerte, recibió múltiples reconocimientos y honores que incluyen un premio Edgar, el Grand Master Award de la Asociación de Escritores de Misterio, diversos doctorados honoris causa y la designación como Comendadora de la Orden del Imperio Británico por la reina Isabel II.

Entre sus obras están: Cartas sobre la mesa, El misterio de Sittaford y Muerte en el Nilo.
 
 
Gabriela Mistral
 
Fue una destacada poeta, diplomática, feminista y pedagoga chilena. Una de las principales figuras de la literatura chilena y continental, fue la primera latinoamericana y, hasta el momento, única mujer iberoamericana, premiada con el Nobel, ganó el Premio Nobel de Literatura en 1945.

Realizo obras cómo: Recados, contando a Chile, Nubes blancas: poesías, y La oración de la maestra y Ternura. Canciones de niños: rondas, canciones de la tierra, estaciones, religiosas, otras canciones de cuna.
 
Corín Tellado
Fue una escritora española de novelas románticas. Es la escritora española más leída después de Miguel de Cervantes y figura en el Libro Guinness de los Récords-1994, edición española, como la autora más vendida en idioma español.
Nació en el barrio de Viavélez, parroquia de La Caridad, en el municipio de El Franco (Asturias, España) el 25 de abril de 1927. Fue la única mujer entre los cinco hijos del matrimonio formado por un ama de casa y un maquinista naval de la Marina Mercante, y de pequeña era conocida con el apodo de Socorrín, de donde surgió el hipocorístico Corín. En 1939, tras la guerra, su padre fue ascendido a primer oficial y la familia se instaló en Cádiz. Socorro estudió en un colegio de monjas. Leía muchísimo, en especial a Alejandro Dumas, a Balzac y a otros clásicos franceses. De los españoles admiró sobre todo a Miguel Delibes. También conocía las novelas eróticas de Pedro Mata. Corín se recuerda como una muchacha "muy vergonzosa, muy tímida, que ni siquiera jugaba en los recreos", pero una compañera de la época, Ana María Morgado, la recordó como una adolescente "muy lanzada, que montaba en bicicleta cuando estaba mal visto y que fumaba cigarrillos a escondidas". En 1945 murió su padre y comenzaron los problemas económicos. El librero que la surtía de novelas en Cádiz se enteró de que escribía novelas y la puso en contacto con la Editorial Bruguera. En 1946 escribió Atrevida apuesta, novela por la que la Editorial Bruguera le pagó tres mil pesetas (una cantidad importante en la época); y que actualmente roza las 36 reimpresiones. Corín había estado a punto de colocarse en una zapatería, cosa que no llegó a concretar, ya que al año siguiente la editorial la incluyó en su nómina de escritores y le encargó una novela corta a la semana. Aunque Corín empezó a estudiar Psicología, no terminó la carrera. En 1948 regresó a Viavélez con su madre y desde entonces vivió en Asturias. Sus novelas cortas románticas —de no más de cien páginas— son recibidas con sumo agrado por un nutrido número de lectores, y arrasan de manera cada vez más ascendente.
 
 
Virginia Woolf
 
Fue una novelista, ensayista, escritora de cartas, editora, feminista y escritora de cuentos británica, considerada como una de las más destacadas figuras del modernismo literario del siglo XX.

Durante el período de entreguerras, Woolf fue una figura significativa en la sociedad literaria de Londres y un miembro del grupo de Bloomsbury. Sus obras más famosas incluyen las novelas La señora Dalloway (1925), Al faro (1927), Orlando: una biografía (1928), Las olas (1931), y su largo ensayo Una habitación propia (1929), con su famosa sentencia «Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción». Fue redescubierta durante la década de 1970, gracias a este ensayo, uno de los textos más citados del movimiento feminista, que expone las dificultades de las mujeres para consagrarse a la escritura en un mundo dominado por los hombres.
 
 
 

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