miércoles, 8 de abril de 2015

Periodo Post-romántico.

El pos romanticismo es un movimiento cultural, estético e intelectual que nace después y a partir del Romanticismo durante la segunda mitad del siglo XIX. Tuvo su máximo esplendor en Francia.
Los escritores y artistas se rebelan contra las formas de vida de los burgueses y nace su espíritu inconformista que demanda libertad. Sienten rechazo por los valores de la sociedad y caen en su deseo de evadirse de la grisura y angustia de la realidad, en ciertos vicios como el alcohol y las drogas. Se aferraban a la aventura, la soledad, lo familiar o íntimo, y a veces al odio de su propia existencia, de forma que algunos de ellos acabaron en la locura. La poesía, al contrario de la novela y el teatro, continúa siendo romántica (la novela y el teatro seguirá la tendencia realista, o bien una novela de aventuras victoriana y con detalles rigurosamente históricos: Robert Louis Stevenson, Joseph Conrad, Arthur Conan Doyle). En la poesía la forma pierde parte de su interés para centrar su atención a lo emotivo que puede poseer el poema. Lo narrativo decae en favor de lo puramente lírico. La poesía es más personal e intimista. Se reduce la retórica y se aumenta el lirismo, con el amor y la pasión por el mundo por lo bello como temas principales. Se buscan nuevas formas métricas además de nuevos ritmos. La homogeneidad de la que gozaba el romanticismo se transforma en pluralidad en las ideas poéticas. La poesía posromántica, pues, representa, más que una transición, un conflicto insuperable entre el romanticismo y el realismo, por lo que con frecuencia suelen ser interpretados sus autores como románticos descolgados; en filosofía, son decantadamente pesimistas: Philipp Mainländer, Eduard von Hartmann.

Autores Post-románticos.

Herman Melville:(Nueva York, 1819 - id., 1891) Novelista estadounidense. A los once años se trasladó con su familia a Albany, donde estudió hasta que, dos años después, tras la quiebra de la empresa familiar, tuvo que ponerse a trabajar. La dificultad para encontrar un empleo estable le llevó, en 1841, a enrolarse en un ballenero. Fruto de sus experiencias en alta mar fueron Typee (1846) y Omoo (1847), escritas a su regreso a Estados Unidos en 1844.

Thomas Carlyle: Escritor e historiador británico, uno de los principales críticos de la Inglaterra de la reina Victoria (Ecclefechan, Escocia, 1795 - Edimburgo, 1881). Introdujo en su país el idealismo alemán como base intelectual para un severo ataque al materialismo y al utilitarismo imperantes tras el triunfo de la «revolución industrial» (por ejemplo en Pasado y presente, de 1843, donde resalta el contraste entre el mundo moderno y una idealizada comunidad religiosa de la Edad Media). John Stuart Mill le animó a escribir La Revolución francesa (1837), que sería su principal trabajo histórico: rechazando la mera narración objetiva de acontecimientos, optó por una historiografía apasionada, en la que el autor transmitiera el «espíritu» de la época; el resultado fue brillante gracias a las cualidades literarias de Carlyle, que consiguió un libro animado y convincente. Su visión de la historia y de la literatura le llevó a centrarse en la figura del héroe (1841) y a estudiar a dos de ellos: Cromwell (1845) y Federico el Grande (1865). Al defender la necesidad de un liderazgo heroico frente a las tendencias democráticas e igualitarias de su tiempo, Carlyle ha sido interpretado a veces como valedor intelectual de las dictaduras.

Gustave Flaubert: (Ruán, Francia, 1821 - Croisset, id., 1880) Escritor francés. Hijo de un médico, la precoz pasión de Gustave Flaubert por la literatura queda patente en la pequeña revista literaria Colibrí, que redactaba íntegramente, y en la que de una manera un tanto difusa pero sorprendente se reconocen los temas que desarrollaría el escritor adulto.
Estudió derecho en París, donde conoció a Maxime du Camp, cuya amistad conservó toda la vida, y junto al que realizó un viaje a pie por las regiones de Turena, Bretaña y Normandía. A este viaje siguió otro, más importante (1849-1851), a Egipto, Asia Menor, Turquía, Grecia e Italia, cuyos recuerdos le servirían más adelante para su novela Salambó.
Excepto durante sus viajes, Gustave Flaubert pasó toda su vida en su propiedad de Croisset, entregado a su labor de escritor. Entre 1847 y 1856 mantuvo una relación inestable pero apasionada con la poetisa Louise Colet, aunque su gran amor fue sin duda Elisa Schlésinger, quien le inspiró el personaje de Marie Arnoux de La educación sentimental y que nunca llegó a ser su amante.


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